La escalada de violencia en la asediada Franja de Gaza ha dejado un saldo desgarrador, con más de 41 mil muertos y 95 mil 280 heridos desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás hace menos de un año.

Según el último informe del Ministerio de Sanidad del territorio palestino, en las últimas 48 horas se confirmaron 64 civiles fallecidos como consecuencia de los bombardeos por parte de Israel.

Uno de los ataques más mortales tuvo lugar cerca de la escuela Arqam, al noroeste de Ciudad de Gaza, que servía como refugio para palestinos desplazados.

Este bombardeo causó la muerte de cinco personas, mientras que en otros incidentes, al menos once personas, incluyendo cuatro menores y una mujer, perdieron la vida.

A pesar de los esfuerzos de mediación de países como Estados Unidos, Egipto y Qatar, las conversaciones para establecer un alto el fuego se mantienen estancadas.

El obstáculo principal radica en la insistencia de Israel, especialmente del primer ministro Benjamin Netanyahu, en mantener una presencia militar en puntos estratégicos de la Franja.

El Ministerio de Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) advirtió contra los intentos israelíes de aislar el norte de Gaza, considerando estas acciones como un preludio a la posible anexión de partes esenciales de la Franja.

Las evacuaciones en el norte del territorio han generado preocupación entre la población y las autoridades palestinas, que temen que Israel esté preparando el terreno para establecer nuevos asentamientos en la zona.

A pesar de esto, el primer ministro Netanyahu ha negado tener planes de promover una política de asentamientos una vez concluya el conflicto.

En medio de este escenario desolador, la población de Gaza sigue viviendo en constante temor y sufrimiento, con la incertidumbre sobre el futuro y la falta de perspectivas de una tregua inminente.

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