La gente en Polonia se rehusó a trabajar desde este martes como parte de una huelga nacional para protestar contra un fallo de un tribunal superior que ha creado una prohibición casi total del aborto en el país.

La huelga se produce en medio de un enfrentamiento cada vez más profundo entre las multitudes enojadas que han estado tomando las calles por el fallo y el gobierno profundamente conservador de Polonia, que ha prometido no retroceder.

El fallo de la corte constitucional el jueves pasado ha desencadenado protestas masivas diarias en toda la nación de 38 millones que están exponiendo profundas divisiones en un país que durante mucho tiempo fue un bastión del catolicismo conservador que ahora está experimentando una rápida transformación social.

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La huelga de mujeres, las principales organizadoras de las protestas de la semana pasada, convocó la huelga con el lema: «No vamos a trabajar».

La ira por el fallo judicial, que negaría los abortos legales a las personas embarazadas incluso en los casos en que es seguro que un niño muera al nacer, se ha dirigido a la Iglesia Católica Romana y a Jaroslaw Kaczynski, el líder del partido gobernante y el político más poderoso del país. .

Los manifestantes entraron a las iglesias el domingo para interrumpir las misas, confrontaron a los sacerdotes con obscenidades y edificios de iglesias pintados con aerosol.

Kaczynski acusó a los manifestantes de buscar «destruir Polonia» el martes por la noche y pidió a los partidarios de su partido que defiendan las iglesias «a cualquier precio».

Habló ante una cámara respaldada por banderas polacas en un anuncio que algunos críticos vieron como una incitación a la violencia, ya que el hombre de 71 años ocupa el cargo de viceprimer ministro a cargo de la policía y los servicios de seguridad.

El domingo, miembros de algunos grupos de extrema derecha y fanáticos del fútbol rodearon iglesias para defenderlos, en algunos casos provocando escaramuzas con manifestantes y policías.

Szymon Holownia, fundador de un nuevo movimiento político centrista, dijo que el Sr. Kaczynski, «en nombre de la defensa de la Iglesia, quiere prender fuego al país y ahogarlo en sangre».