Pekín.- Hamás y Fatah, históricos enemigos en Palestina, han logrado firmar un acuerdo de unidad nacional en Pekín. Acompañados por otras 12 facciones palestinas, este acuerdo tiene como objetivo principal poner fin a la división interna y fortalecer la unidad palestina.

Conocido ya como ‘La declaración de Pekín’, este acuerdo representa un hito histórico en la política palestina. La mediación de China en esta firma ha sido fundamental, mostrando una vez más su habilidad diplomática en la región, tradicionalmente dominada por la influencia estadounidense.

El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, reveló que el acuerdo sienta las bases para un «Gobierno interino de reconciliación nacional«. Durante tres días de intensas negociaciones, se logró también la formación de un liderazgo palestino que allane el camino hacia futuras elecciones y una declaración conjunta contra los ataques de Tel Aviv.

Uno de los aspectos más destacados de este acuerdo es la conferir a la Organización de Liberación Palestina (OLP) como la única representante del pueblo palestino. Se establecerá un Gobierno provisional de reconciliación y se pactarán las condiciones para la gestión posbélica. Sin embargo, queda en el aire cuál será el papel de Hamás, organización ajena a la OLP.

Fatah, actualmente dominante en la OLP y gobernante en Cisjordania, y Hamás, que maneja Gaza, han intentado en repetidas ocasiones unificar los territorios palestinos con resultados infructuosos. El acuerdo de 2017, por ejemplo, apenas duró seis meses antes de colapsar por desacuerdos.

Pero esta vez, con el apoyo de China como mediadora, ambas facciones han logrado superar sus diferencias y firmar un acuerdo histórico. «Estamos en un encrucijada histórica, nuestra gente está aumentando sus esfuerzos para la lucha», afirmó Mousa Abu Marzook, representante de Hamás.

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