Un caso de posible envenenamiento por hongos silvestres ha conmocionado a una pequeña comunidad en el sur de Australia, donde tres personas murieron y una cuarta está en estado crítico tras participar en un almuerzo familiar.

Según la policía,  Erin Patterson, de 48 años, invitó a comer a sus exsuegros, Gail y Don Patterson, y a la hermana y el esposo de Gail, Heather e Ian Wilkinson. Horas después de la comida, los cuatro invitados se enfermaron y los llevaron al hospital, donde Gail, de 70 años, Heather, de 66, y Don, de 70, murieron entre el viernes y el sábado. Ian, de 68 años, permanece en estado grave y necesita un trasplante de hígado.

La policía sospecha que los cuatro comieron hongos de la muerte, una especie altamente tóxica que puede provocar síntomas como dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea y falla hepática. Sin embargo, no se sabe si Erin puso los hongos en los platos o si ella los consumió. Tampoco han descartado que el envenenamiento haya sido intencional o accidental.

Erin, quien se había separado de su esposo Simon, el hijo de los Patterson, negó haber actuado mal y dijo que estaba devastada por lo ocurrido. “Los amé. Y no puedo creer que esto haya sucedido y lo siento mucho”, declaró a los medios locales.

El pueblo cercano de Korumburra quería mucho a los Patterson y los Wilkinson, donde Ian era el pastor de la iglesia bautista local. La comunidad se ha reunido para rezar por su recuperación y expresar su consternación por las muertes.

Se debe tener cuidado con los hongos

Las autoridades sanitarias recomiendan comprar hongos silvestres solo en tiendas autorizadas, porque su consumo puede ser mortal. El hongo de la muerte se distingue por su color blanco puro y su olor a almendras, pero puede confundirse con otras especies comestibles.

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