En las últimas seis semanas, los hutíes de Yemen han derribado siete drones Reaper de Estados Unidos, generando un gasto significativo para el Pentágono de más de 200 millones de dólares. Este conflicto se enmarca dentro de la campaña militar de Washington contra el grupo insurgente respaldado por Irán.

Incremento de las pérdidas de drones

Las recientes semanas han sido testigo de un aumento en la capacidad defensiva de los hutíes, quienes han logrado derribar varios drones estadounidenses. Según funcionarios de defensa, tres drones fueron derribados en la última semana, lo que refleja una mejora en la habilidad de los hutíes para contrarrestar las aeronaves no tripuladas.

Reacción del Pentágono

Frente a estas pérdidas, Estados Unidos ha intensificado sus operaciones militares, lanzando ataques diarios desde el 15 de marzo por orden del presidente Donald Trump. Esta campaña busca frenar los ataques hutíes en un corredor marítimo estratégico.

A pesar de las pérdidas, los funcionarios del Pentágono aseguran que se implementarán medidas para proteger a su personal y equipos en la región.

Preocupación por bajas civiles

La ofensiva estadounidense ha generado preocupación entre senadores demócratas, quienes han cuestionado al secretario de Defensa sobre los posibles daños colaterales a civiles en Yemen. Informes recientes sugieren que un ataque en la terminal de combustible de Ras Isa podría haber causado numerosas bajas civiles.

La situación sigue siendo tensa, con los hutíes continuando sus ataques con misiles y drones contra buques estadounidenses. El Pentágono evalúa extender el despliegue de sus fuerzas navales en la región para enfrentar estas amenazas.

Las implicaciones de esta escalada militar y las preocupaciones sobre las bajas civiles continúan siendo temas cruciales en el debate político y militar de Estados Unidos.

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