El partido opositor Revolución Ciudadana (RC), liderado por el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, ha logrado evitar que se abra un juicio en contra del exvicepresidente del país, Jorge Glas. Desde el domingo pasado, Glas se encuentra refugiado en la embajada de México en Quito.

En un proceso en el que se requerían 92 votos para permitir el enjuiciamiento de Glas, el partido oficialista y otros grupos políticos obtuvieron 44 votos a favor. Sin embargo, gracias a los 48 votos aportados por RC y las 23 abstenciones, el juicio no se llevará a cabo. Esto ha generado fuertes críticas por parte de la fiscal general de Ecuador, Diana Salazar, quien afirmó que esto sentará un «terrible precedente de impunidad».

La Fiscalía no se detendrá

A pesar de esta decisión, la Fiscalía continuará con su solicitud para realizar una audiencia y formular cargos contra Glas por presunto peculado o uso indebido de fondos públicos en las labores de reconstrucción tras un terremoto en 2016. Sin embargo, dado que Glas ya no ocupa un cargo público, la resolución de la Asamblea carece de eficacia jurídica.

Glas, quien solicitó asilo en México debido a supuesto acoso político, ingresó a la embajada mexicana después de que la Fiscalía pidiera a las autoridades ecuatorianas localizarlo para investigarlo por irregularidades en contratos relacionados con la reconstrucción. Esta situación ha generado un debate sobre la pertinencia de otorgar asilo a personas prófugas por delitos comunes, ya que este beneficio está destinado a los perseguidos políticos.

Glas teme por su seguridad

El abogado de Glas, Eduardo Franco, ha argumentado que su cliente teme por su vida en caso de regresar a prisión. Glas estuvo preso desde 2017 hasta 2022, cuando obtuvo libertad condicional. Sin embargo, aún le restan aproximadamente 24 meses por cumplir de sus condenas.

El exvicepresidente ha rechazado repetidamente las acusaciones en su contra y ha asegurado que ha sido objeto de hostigamiento político por ser parte de las fuerzas leales a Correa, quien está cumpliendo una condena de 8 años de prisión por cohecho y se encuentra refugiado en Bélgica. Glas fue condenado a 6 años de cárcel en 2017 por asociación ilícita en el escándalo de corrupción de la constructora Odebrecht, y en 2020 se le sumaron 8 años más por cohecho, en el mismo caso de Correa.