El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) informó este jueves que seis personas han fallecido debido a los incendios forestales que han devastado la sierra y la selva del Perú. Además, el COEN reportó que, hasta la fecha en 2024, se han registrado un total de 173 emergencias de este tipo, que también han dejado 59 personas heridas y 1,634 damnificados.

Martín Del Castillo Merino, coordinador del COEN, explicó en una entrevista con Agencia Andina que las víctimas mortales se distribuyen en varias regiones del país: dos en Ayacucho, dos en Áncash, y una en San Martín y Lambayeque. En Lambayeque, la víctima fue la señora María Manayay, quien falleció a causa del incendio en Incahuasi, provincia de Ferreñafe.

Los siniestros también han consumido la vegetación y cultivos de las regiones peruanas. De acuerdo al COEN, al momento, el Perú ha perdido 1,370.71 hectáreas de cultivos y otras 1,100.86 hectáreas han quedado gravemente afectadas. En lo que corresponde a cobertura natural, se ha perdido 1,997.96 hectáreas y otras 1,536.76 hectáreas han sido afectadas. Además, los incendios han causado la pérdida de 302 animales y han afectado a 3,805 más.

Del Castillo destacó que los datos proporcionados son hasta el 11 de septiembre y podrían aumentar en las próximas horas debido a emergencias en curso y nuevos reportes que están surgiendo en las redes sociales.

Según el consolidado del COEN, desde 2021 hasta septiembre de 2024 se han registrado un total de 1,057 incendios forestales. Los datos indican que en 2021 ocurrieron 163 incendios, en 2022 se reportaron 380 (la cifra más alta en este período), en 2023 hubo 341.

Es necesario señalar que la información que proporciona el COEN de Indeci difiere con los datos dados por el Ministerio del Ambiente (Minam) y el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor).

Según explicó Martín Del Castillo, esto se debe a que el COEN basa sus datos en reportes de las oficinas regionales del COER a través del Sinpad, que se utiliza para coordinar respuestas y asistencia. Los datos del Serfor se basan en focos de calor detectados por satélites, que no siempre corresponden a incendios reales.

En el caso del país inca, las emergencias no solo se reportan por un tema de quema de rastrojos— un tipo de práctica ancestral utilizada para preparar la tierra agrícola que busca erradicarse— sino, también tiene que ver con la presencia de vientos fuertes que se reportan actualmente. Estas condiciones climáticas facilitan la expansión del fuego.

“El pico mayor (de los vientos fuertes) es en octubre y en noviembre empiezan a disminuir”, indicó y añadió que los incendios en gran proporción han venido siendo atendidos por el Gobierno a través del Ministerio de Defensa (Mindef) con el desplazamiento de las aeronaves de las Fuerzas Armadas.

“No olvidar que son los gobiernos locales los que primero deben atender las emergencias y, si se rebasan sus capacidades, escalan hasta llegar al gobierno nacional si es necesario”, explicó.