Nueva York.- En una reunión de urgencia en la ONU, Israel e Irán se lanzaron acusaciones mutuas de ser la principal amenaza para la paz en Oriente Medio. Ambos países instaron al Consejo de Seguridad a imponer sanciones contra su enemigo jurado, en medio de una escalada de tensiones que ha puesto al borde del abismo a la región.

El embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, afirmó que «la máscara cayó» para Irán, al que señaló como el principal apoyo mundial del terrorismo y acusó de desestabilizar la región y el mundo. Esta afirmación se da después de un ataque sin precedentes con drones y misiles de Teherán contra Israel, que dejó a doce personas heridas.

Por su parte, Irán justificó su ataque, bautizado como «Promesa honesta», argumentando que se trató de una medida de autodefensa en respuesta a un ataque aéreo contra el consulado de Teherán en Damasco. El embajador iraní ante la ONU, Amir Saeid Iravani, aseguró que Teherán no tuvo otra opción que ejercer su derecho a defenderse.

Ante esta situación, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, alertó sobre la posibilidad de una profundización del conflicto en Oriente Medio. Guterres hizo un llamado a la desescalada y a la moderación por parte de todas las partes involucradas, advirtiendo que la región está al borde del abismo y que ni el mundo ni la región pueden permitirse más guerras.

En este contexto, el Consejo de Seguridad de la ONU ha sido llamado a tomar medidas punitivas urgentes para detener el conflicto y garantizar la paz en la región. La escalada de tensiones entre Israel e Irán representa un desafío para la estabilidad de Oriente Medio y requiere una respuesta inmediata por parte de la comunidad internacional.

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