El gabinete de seguridad de Israel aprobó este lunes un nuevo plan militar que busca intensificar la ofensiva sobre la Franja de Gaza con medidas drásticas. La operación contempla la conquista total del enclave palestino, el desplazamiento masivo de su población hacia el sur y ataques sin precedentes contra el grupo islamista Hamás.

Según un alto funcionario israelí citado por AFP, la ofensiva incluirá también mantener presencia militar sostenida en Gaza tras la ocupación y nuevas operaciones terrestres. La decisión llega en un contexto de creciente tensión, bloqueo extremo y más de 52,000 muertes registradas, según el Ministerio de Salud de la Franja.

El gobierno israelí también dejó abierta una “ventana de negociación” hasta mediados de mayo, coincidiendo con una visita del presidente estadounidense Donald Trump a la región. Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, mantiene su respaldo a una propuesta de Trump para promover la emigración voluntaria de gazatíes a países vecinos como Jordania y Egipto.

Sin embargo, ambas naciones han rechazado firmemente esa posibilidad, lo que complica los objetivos del gabinete israelí de seguridad. El plan fue aprobado por unanimidad con la intención de golpear a Hamás, recuperar a los rehenes y desmantelar su infraestructura militar.

“Chantaje político”

Pero desde Europa llegaron críticas inmediatas: la Unión Europea advirtió que este movimiento generará más sufrimiento entre los 2.4 millones de habitantes de Gaza. Hamás calificó el plan como una forma de “chantaje político” y acusó a Israel de intensificar la crisis humanitaria derivada del prolongado bloqueo.

El Foro de Familias de los Rehenes denunció que el gobierno prioriza la conquista territorial sobre la vida de los civiles cautivos desde octubre de 2023. Mientras tanto, organizaciones como el Consejo Noruego para los Refugiados dijeron que el plan israelí contradice los principios del derecho humanitario internacional.

Agencias de la ONU advierten del riesgo de hambruna en Gaza, mientras Israel sostiene que ha permitido suficiente entrada de alimentos al enclave. El conflicto escaló aún más cuando un misil hutí impactó cerca del aeropuerto de Tel Aviv, señal de una creciente dimensión regional del conflicto.

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