Israel ha presentado una queja formal en respuesta a las declaraciones del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, quien denunció la «carnicería» en Gaza y lo que describió como una operación militar desproporcionada por parte de Israel tras los ataques de Hamás del 7 de octubre.

La embajada israelí en la Santa Sede calificó los comentarios del cardenal de «lamentables» y afirmó que no tuvo en cuenta los hechos relevantes para juzgar la legitimidad de las acciones israelíes.

En sus declaraciones, Parolin condenó los ataques de Hamás y todas las formas de antisemitismo, pero también cuestionó la posición de Israel de que actúa en defensa propia al realizar una «carnicería» en Gaza. Israel ha expresado su oposición anteriormente a la postura del Vaticano sobre el conflicto, incluso cuando el papa Francisco habló de «terrorismo». Sin embargo, en un intento por ser más imparcial, el papa ha reafirmado la relación especial entre cristianos y judíos.

La embajada israelí acusó a Hamás de convertir la Franja de Gaza en «la mayor base terrorista jamás vista» y afirmó que las fuerzas armadas israelíes actúan de acuerdo al derecho internacional. Además, señalaron que la proporción de civiles palestinos frente a «terroristas» muertos era menor en comparación con otros conflictos en la región.

En respuesta, el director editorial del Vaticano, Andrea Tornielli, reiteró la posición de la Santa Sede en un editorial titulado «Detener la carnicería». Tornielli citó a Edith Bruck, sobreviviente del Holocausto residente en Roma, quien ha sido crítica con la respuesta del gobierno israelí y ha culpado a Israel por el aumento de los incidentes antisemitas en todo el mundo. Tornielli enfatizó que nadie puede justificar lo que está ocurriendo en Gaza como «daño colateral» y que el derecho a la defensa no puede justificar esta carnicería.

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