Tel Aviv.- En medio de una creciente tensión en la región, el ejército de Israel se vio envuelto en nuevos enfrentamientos transfronterizos con el movimiento chiíta Hezbolá en la frontera con Líbano. Los hechos ocurrieron el jueves por la noche, cuando Hezbolá lanzó decenas de cohetes contra objetivos en el norte de Israel en respuesta a la muerte de uno de sus comandantes durante un ataque israelí en Deir Kifa, al sur del Líbano.

Las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron la muerte del comandante de Hezbolá, Fadel Ibrahim, quien era responsable de planificar y ejecutar atentados terroristas contra Israel. Además, se llevaron a cabo ataques israelíes en otras zonas del sur del Líbano, como Jiyam y la región de Iqlim al-Tuffah.

Estos incidentes se suman a más de ocho meses de enfrentamientos entre Hezbolá y el ejército israelí, los cuales han dejado un saldo de al menos 479 muertos en Líbano, la mayoría de ellos combatientes de Hezbolá. En el lado israelí, se reporta la muerte de al menos 15 soldados y 11 civiles.

Las tensiones entre Líbano e Israel han alcanzado niveles alarmantes, y existe una creciente preocupación de que los enfrentamientos transfronterizos diarios entre el ejército israelí y las milicias de Hezbolá puedan desencadenar un conflicto a gran escala. La posibilidad de una guerra en la región se torna cada vez más real, generando inquietud tanto a nivel local como internacional.

Ante este panorama, la comunidad internacional observa con cautela la evolución de los acontecimientos en la frontera entre Israel y Líbano, en un intento por prevenir una escalada de violencia que podría desencadenar consecuencias impredecibles no solo para ambas naciones, sino para la estabilidad en todo el Medio Oriente.

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