El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha sido trasladado de la unidad de cuidados intensivos (UCI) a una unidad de cuidados semi-intensivos después de pasar tres semanas bajo atención médica intensiva en un hospital de Brasilia.

Este cambio en su estado de salud fue confirmado por su asesor Fabio Wajngarten, quien explicó que el líder ultraderechista está recuperándose tras una operación intestinal realizada el pasado 13 de abril. Aunque la evolución es positiva, los médicos aún no han dado una fecha exacta para su alta.

Progresos en su salud y tratamiento médico

Según el último informe médico emitido por el hospital, Bolsonaro se encuentra "clínicamente estable". Lo más destacado de su estado actual es que, después de casi tres semanas en el hospital, ha comenzado a recibir alimentos por vía oral, en un esfuerzo por complementar la nutrición endovenosa. La retirada de la sonda nasogástrica marca un hito en su recuperación, ya que ahora puede ingerir alimentos de manera más natural.

A lo largo de este proceso, Bolsonaro ha experimentado una "mejora progresiva en las deposiciones espontáneas", un avance significativo dado su historial de problemas digestivos. En cuanto a su diagnóstico previo de gastroparesia, un trastorno que ralentiza el vaciado del estómago, los médicos no han vuelto a emitir comentarios sobre esta condición, lo que sugiere que, por el momento, podría estar bajo control.

Además de las medidas de alimentación, el expresidente continúa con su rutina de fisioterapia y sigue bajo vigilancia para prevenir complicaciones de trombosis venosa, una condición frecuente en pacientes postoperatorios.

Un historial médico complicado

La actual cirugía intestinal de Bolsonaro no es un caso aislado en su historial de salud. El ex presidente ha sufrido problemas digestivos desde un trágico incidente en septiembre de 2018, cuando fue apuñalado en el abdomen durante un acto político en pleno proceso electoral. Desde entonces, ha enfrentado múltiples complicaciones relacionadas con su tracto intestinal, lo que lo ha llevado a pasar por quirófano en al menos seis ocasiones para tratar diversas afecciones.

La última hospitalización de Bolsonaro, ocurrida el 11 de abril, se debió a dolores intensos que experimentó durante un acto político en el que buscaba apoyo para un proyecto de amnistía dirigido a aquellos involucrados en el intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023. Esta situación lo obligó a ingresar al hospital y someterse a una nueva cirugía.