En una decisión histórica, un juez federal emitió una orden de restricción temporal que prohíbe a las autoridades penitenciarias trasladar a tres mujeres transgénero a instalaciones para hombres, así como suspender su acceso a la terapia hormonal. Esta medida responde a una demanda que impugna una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, que exige que los reclusos sean alojados según su sexo biológico.

El juez de distrito Royce Lamberth dictaminó que la orden ejecutiva es discriminatoria hacia las personas transgénero y viola sus derechos constitucionales. Argumentó que trasladar a estas mujeres a una prisión de hombres pondría en peligro su seguridad y las expondría a daños psicológicos. Además, señaló que la interrupción de su acceso a la terapia hormonal para la disforia de género podría tener graves consecuencias para su salud mental.

Los abogados de los demandantes también argumentaron que el traslado de estas mujeres a una prisión de hombres representaría un peligro para su seguridad y salud mental. Esta decisión se suma a una orden similar emitida por un juez federal en Boston la semana pasada, cuestionando la legalidad de la orden ejecutiva de Trump y su impacto en los derechos de las personas transgénero.

A pesar de las declaraciones de Trump sobre reconocer únicamente dos sexos y la identidad asignada al nacer, el juez Lamberth concluyó que «el interés público en ver a las demandantes reubicadas inmediatamente en instalaciones para hombres es, en el mejor de los casos, escaso». Actualmente, solo unas 16 mujeres transgénero se encuentran alojadas en penitenciarías femeninas, incluidas las tres demandantes que presentaron la demanda en Washington bajo un seudónimo.

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