El planeta ha sufrido en julio de 2023 el mes más caluroso y extremo desde que se tienen registros, según han confirmado este jueves el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) de la Unión Europea y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Las temperaturas medias globales han superado con creces los récords anteriores, alcanzando niveles que probablemente no se habían visto en más de 120.000 años.

El calor intenso registró el día más caluroso jamás medido el 3 de julio, con una temperatura media global de 17,08 grados Celsius, según los datos de Copernicus. Además, las tres primeras semanas de julio fueron las tres más calientes nunca observadas, con una temperatura media de 16,95 grados Celsius, muy por encima del récord anterior de 16,63 grados Celsius establecido en julio de 2019.

Los científicos atribuyen este calor extraordinario al cambio climático provocado por la actividad humana, que ha elevado la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Un estudio reciente ha demostrado que el cambio climático ha desempeñado un papel “absolutamente abrumador” en las olas de calor de este verano en Estados Unidos, China y el sur de Europa.

El calor extremo ha tenido consecuencias devastadoras para millones de personas y ecosistemas en todo el mundo

En Estados Unidos y México, las temperaturas han superado los 50 grados centígrados en algunas zonas, causando muertes, quemaduras y apagones. En Canadá, los incendios forestales han arrasado más de un millón de hectáreas y han emitido grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera. La temperatura en el Mediterráneo, más de 40 personas han perdido la vida por los incendios que han asolado la región, alimentados por las altas temperaturas y la sequía. En Asia, las olas de calor han afectado a la salud y la seguridad alimentaria de millones de personas, especialmente en China e India.

Los expertos advierten que este escenario podría empeorar si no se toman medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los impactos del cambio climático. Carlo Buontempo, director del C3S, afirma que “las probabilidades de que se produzca un verano récord son muy altas”, pero añade que todavía hay tiempo para actuar. “Tenemos que ser conscientes del problema y tomar decisiones informadas para evitar los peores escenarios posibles”, dice.

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