Durante su primer mandato, el presidente electo de Estados Unidos se reunió tres veces con Kim, aunque estos contactos no sirvieron para avanzar en la desnuclearización de Corea del Norte.

Desde el fracaso de su segunda cumbre en Hanói en 2019, el régimen comunista ha dejado de lado la diplomacia tanto con Washington como con Seúl y ha acelerado el desarrollo de su arsenal armamentístico.

«Ya hemos ido lo más lejos que podíamos con Estados Unidos como negociadores y de lo que estamos seguros es que la voluntad de una gran potencia no es coexistir», dijo Kim según la agencia oficial de prensa KCNA.

De hecho, esa experiencia sirvió para confirmar «la concienzuda postura de poder de Washington y su política inmutable, invasiva y hostil hacia Corea del Norte», agregó Kim en un discurso en una exhibición de sus armas más potentes

Kim y Trump protagonizaron en junio de 2018 en Singapur el primer encuentro entre un líder norcoreano y uno estadounidense. Meses después, el magnate republicano dijo en un mitin que ambos se habían enamorado.

Pero su segundo encuentro en 2019 en la capital de Vietnam fracasó por las discrepancias sobre el alivio de sanciones para Corea del Norte y los pasos que debía dar a cambio ese país.

En julio de este año, Trump habló de nuevo de Kim: «Creo que me echa de menos», es «bonito llevarse con alguien que tiene muchas armas nucleares», dijo.

Corea del Norte señaló antes de las elecciones presidenciales que estas no iban a cambiar el clima político con Estados Unidos.

En los últimos meses, Pyongyang ha estrechado su relación de defensa con Rusia donde, según Washington y Seúl, ha mandado miles de soldados para luchar contra Ucrania.