El presidente de Argentina  Javier Milei ha anunciado un superávit fiscal del 0,2% del PBI en el primer trimestre del año, marcando un hito que no se había alcanzado desde el año 2008. Este logro, que Milei califica de “milagro económico”, se atribuye a una serie de medidas drásticas conocidas popularmente como “la motosierra”, que han permitido al gobierno sobrepasar las metas establecidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En un mensaje transmitido en cadena nacional, Milei defendió con vehemencia su programa económico, destacando la acumulación de reservas en el Banco Central y reafirmando su compromiso con el déficit cero, que describió no como una mera consigna de marketing, sino como un “mandamiento” de su administración. Rodeado de figuras clave de su equipo económico, el presidente enfatizó que el ordenamiento fiscal es uno de los pilares fundamentales de su plan de gobierno.

El anuncio llega en un momento crítico para Argentina, un país que ha luchado con la inflación y la inestabilidad económica durante décadas. Milei reconoció la dificultad de la situación actual pero aseguró que los esfuerzos del pueblo argentino están dando sus frutos. El superávit financiero de más de 275 mil millones de pesos es presentado como el comienzo del fin del “infierno inflacionario” que ha asolado al país.

Argentina supera las expectativas: Los números detrás del éxito

El Ministerio de Economía publicó los números detrás de este ajuste fiscal, revelando que en marzo se registró un superávit primario de $625.034 millones, que se convierte en un excedente financiero de $276.638 millones tras incluir el pago de intereses de la deuda. Estos resultados son el producto de una combinación de recortes en partidas presupuestarias y una licuación de otras en comparación con la inflación.

El Palacio de Hacienda ha expresado que estos tres meses consecutivos de excedente financiero son una clara señal de la consolidación de la prudencia fiscal del país, incluso superando la meta fiscal acordada con el FMI. Los datos anticipados del primer trimestre muestran que los ajustes más significativos se realizaron en los gastos de capital, como la obra pública, que cayó un 68% en términos nominales.

A pesar de los desafíos, el Tesoro, que es solo una parte del sector público nacional, cerró el trimestre con un superávit primario de 1,9 billones de pesos, aunque registró un déficit financiero de 967.000 millones de pesos al considerar el pago de intereses de la deuda. La contabilidad final, que incluye organismos descentralizados y fondos fiduciarios, entre otros, refleja el resultado superavitario anunciado por Milei.

Este giro fiscal es un respiro para una nación que busca desesperadamente estabilidad y crecimiento económico. Con este anuncio, el gobierno de Milei parece estar enviando un mensaje claro: la austeridad y la disciplina fiscal pueden ser el camino hacia la recuperación económica y la prosperidad a largo plazo para Argentina.

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