La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos ha emitido una orden de inspección inmediata para alrededor de 170 aviones Boeing 737 MAX 9 después de que se produjera la ruptura de un panel de ventana durante un vuelo de Alaska Airlines.

Este incidente, que provocó la despresurización de la cabina a una altitud de 4.876 metros, llevó a la compañía a inmovilizar todos sus Boeing 737-9.

La FAA exige que se realicen inspecciones antes de que estos aviones puedan reanudar sus operaciones, lo que plantea desafíos adicionales para Boeing en medio de problemas y retrasos en la producción de los modelos MAX.

Alaska Airlines tomó la medida de precaución de inmovilizar temporalmente su flota de 65 Boeing 737-9 tras el vuelo 1282, donde uno de estos aviones perdió una ventana y una parte del fuselaje durante el vuelo, resultando en un aterrizaje de emergencia en Portland, Oregón.

El agujero en la aeronave provocó la despresurización de la cabina poco después del despegue, y los datos de vuelo indican que el avión alcanzó los 16,000 pies de altura antes de regresar al aeropuerto.

Aunque la aerolínea no ha informado de heridos en el incidente, la FAA ha iniciado una investigación, y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte está evaluando los hechos ocurridos durante el vuelo.

Este acontecimiento se suma a los desafíos ya existentes para Boeing, cuyos modelos MAX han enfrentado problemas previos, incluyendo dos accidentes mortales en 2018 y 2019 que llevaron a la suspensión de los vuelos con estos aviones durante casi dos años.

La reaparición de problemas y retrasos en la producción plantea nuevas preocupaciones sobre la seguridad y la confiabilidad de los aviones Boeing 737 MAX, así como sobre la capacidad de la compañía para superar estos desafíos y restaurar la confianza en sus productos.

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