Tras el exitoso experimento de jornada laboral de cuatro días en Brasil, se prepara ahora un proyecto similar en Chile, que recientemente ha iniciado su transición gradual a un esquema legal de 40 horas semanales.

La idea es clara: reducir las horas de trabajo no solo como una medida de bienestar, sino como una oportunidad para replantear la forma en la que trabajamos.

La iniciativa, liderada por la firma ZM Consultores Laborales en asociación con la organización 4 Day Week Global, busca demostrar que la reducción de la jornada laboral puede ser beneficiosa tanto para los trabajadores como para las empresas.

Según Sebastián Merino, socio fundador de ZM Consultores Laborales, las largas jornadas laborales en Latinoamérica no solo no conducen a una mayor productividad, sino que dejan a los trabajadores exhaustos y sin una buena conciliación entre el trabajo y la vida personal.

En un contexto en el que países como México, Costa Rica y Chile destinan las mayores horas al trabajo en la región, la propuesta de la semana laboral de cuatro días en Chile se presenta como una oportunidad para generar cambios culturales y operativos en las empresas.

Merino considera que la reducción de la jornada laboral no es solo una obligación legal derivada de la Ley de las 40 horas, sino una decisión estratégica para mejorar los resultados, la atracción y retención de talento.

El experimento en Chile, que sería la segunda prueba piloto en Latinoamérica después de los resultados positivos en Brasil, se plantea como una alternativa para demostrar que trabajar menos horas de manera más eficiente puede conducir a mejores resultados.

El modelo de 4 Day Week Global, que implica una reducción del 20% de las horas laborales sin disminución del sueldo, podría significar una jornada de trabajo de 32 horas por semana en el país sudamericano.

La transición hacia una semana laboral de cuatro días en Chile no solo es una cuestión de bienestar y flexibilidad laboral, sino también una oportunidad para mejorar la productividad, retención de talento y compromiso laboral.

A través de iniciativas como el Sello 40 horas, el gobierno chileno busca reconocer a las empresas que decidan adelantarse a la reducción del tiempo de trabajo.

La fecha para el arranque del experimento aún no está definida, pero se espera que pueda iniciar a finales del 2025, marcando un hito en la búsqueda de un equilibrio entre el trabajo y la vida personal en el país.

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