Una investigación apunta a que un oficial militar ucraniano coordinó el ataque al gaseoducto Nord Stream. Vínculos con los servicios de Inteligencia del país podrían haber jugado un papel central en el bombardeo de los gasoductos de gas natural Nord Stream el año pasado, según informan funcionarios de Ucrania y otras partes de Europa. Se ha recogido información sobre una operación encubierta en el periódico estadounidense ‘The Washington Post’, que revela un importante avance en la investigación.

En el centro de esta controvertida operación de sabotaje se encuentra Roman Chervinsky, un coronel condecorado de 48 años que sirvió en las fuerzas de operaciones especiales de Ucrania. Fuentes confiables afirman que Chervinsky fue el “coordinador” de la operación Nord Stream, encargado de administrar la logística y el apoyo a un equipo de seis personas. Juntos, alquilaron un velero, utilizaron identidades falsas y equipos de buceo en aguas profundas para colocar cargas explosivas en los gasoductos. Sin embargo, estas fuentes también señalan que Chervinsky no actuó solo, ya que recibió órdenes de funcionarios ucranianos de mayor rango, quienes dependían del general Valery Zaluzhny, el oficial militar de mayor rango de Ucrania.

La negación de Chervinsky

Esta evidencia directa respalda las múltiples investigaciones criminales en curso y las afirmaciones de los funcionarios estadounidenses y occidentales de que este acto de sabotaje representó un grave peligro para la infraestructura energética de Europa. El abogado de Chervinsky ha negado rotundamente cualquier participación de su cliente en el sabotaje de los gasoductos Nord Stream. En una declaración escrita a ‘The Washington Post’ y ‘Der Spiegel’, Chervinsky asegura que todas las especulaciones sobre su participación son difundidas por propaganda rusa sin ningún fundamento. Hasta el momento, los portavoces del Gobierno ucraniano no han respondido a las preguntas relacionadas con la participación de Chervinsky en este ataque.

Las consecuencias diplomáticas de Ucrania

Las tensiones diplomáticas entre Ucrania y otros países se han intensificado a raíz de este incidente, generando objeciones de los funcionarios estadounidenses. El 26 de septiembre de 2022, la explosión de tres de las cuatro líneas de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en el mar Báltico, cerca de una isla danesa y frente a las costas de Suecia, desencadenó una gran preocupación internacional. Mientras Rusia insiste en que se trata de un sabotaje por parte de los países escandinavos, la comunidad internacional acusa al Kremlin de haber perpetrado un ataque de falsa bandera. La revelación de la implicación de un oficial militar ucraniano en esta operación de sabotaje ha reavivado el debate sobre las relaciones diplomáticas y la seguridad energética en Europa. Las investigaciones continúan en curso para determinar las responsabilidades y sancionar a los culpables de este ataque peligroso a una infraestructura vital para la región.

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