Tras el trágico ataque llevado a cabo por hombres armados en el Crocus City Hall en las afueras de Moscú, la solidaridad de los ciudadanos rusos se hizo evidente al formarse largas filas en los hospitales de la ciudad para donar sangre y ayudar a las víctimas.

A pesar de la lluvia y las inclemencias del tiempo, alrededor de 150 rusos se congregaron frente a un centro médico en el noroeste de Moscú, demostrando su apoyo y solidaridad en momentos de crisis. Uno de esos voluntarios, Vladislav, un estudiante de 18 años, expresó su motivación al decir «No queremos quedarnos al margen, queremos ayudar».

Alexandra, una especialista en logística aérea de 35 años que vive cerca del lugar del atentado, comentó que su gesto de donar sangre era «un deber de todo ciudadano» y que se sentía conmocionada por los hechos ocurridos el viernes por la noche.

Las autoridades rusas anunciaron la detención de los presuntos responsables del ataque, considerado el más mortífero en Rusia en las últimas dos décadas y el más sangriento reivindicado por el Estado Islámico en Europa. Los perpetradores abrieron fuego con armas automáticas y prendieron fuego al edificio, causando numerosas víctimas.

A pesar de que las autoridades médicas aseguraron contar con suficiente sangre para atender a los heridos, continúan recibiendo donaciones por parte de la población. Olga Eikhler, de la agencia federal rusa de Medicina y Biología, mencionó que están agradecidos por la solidaridad de quienes se acercan a donar y contribuir a las reservas de sangre.

La comunidad internacional también ha mostrado su apoyo y solidaridad con las víctimas del ataque en Moscú, con numerosos mensajes de condolencia y llamados a la unidad contra el terrorismo.