Las universidades argentinas están en estado de alerta ante el drástico ajuste presupuestario implementado por el presidente ultraliberal Javier Milei. La Universidad de Buenos Aires (UBA), la más grande y prestigiosa del país, se encuentra al borde del cierre si la situación no mejora en dos a tres meses, según han advertido sus autoridades.

Ricardo Gelpi, rector de la UBA, ha comunicado en una conferencia de prensa que la universidad atraviesa una situación de extrema gravedad, sin precedentes en los últimos 40 años de democracia argentina. La falta de actualización del presupuesto universitario, congelado con fondos del año 2023, resulta alarmante frente a una inflación interanual del 288%.

Como consecuencia de la crisis presupuestaria, la UBA ha restringido el uso de servicios básicos como la electricidad y el gas, sumiendo aulas y pasillos en la oscuridad y afectando las condiciones de estudio de miles de estudiantes. En respuesta, estudiantes y docentes han protestado en las calles, ofreciendo clases públicas y abrazos simbólicos a los edificios universitarios en repudio al ajuste.

Movilización  de las universidades argentinas

Se ha convocado una marcha nacional para el 23 de abril por parte de las universidades públicas, con el fin de visibilizar la crisis. A pesar de las afirmaciones del vocero presidencial Manuel Adorni, quien asegura que las universidades no cerrarán, la incertidumbre prevalece en la comunidad académica. Se anunció un incremento del 70% para los gastos operativos de las universidades nacionales, pero en el caso de la UBA, esto solo representa el 14% de sus necesidades totales.

La suspensión de becas y despidos en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) han aumentado la preocupación en la comunidad científica. Javier Milei ha criticado el “adoctrinamiento” en las universidades, generando un debate sobre la libertad académica. Gabriela Berg, bioquímica y profesora de la UBA, ha defendido la diversidad ideológica en las instituciones, rechazando las acusaciones de adoctrinamiento.

A pesar de las diferencias de opinión, la crisis presupuestaria sigue siendo el principal desafío para las universidades argentinas.

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