Missouri, Estados Unidos.- Una madre de Missouri espera que ver la sangre de su hijo moribundo goteando por la pared de una habitación de hospital ayude a los estadounidenses a tomar en serio el COVID-19.

Peyton Baumgarth tenía solo 13 años cuando murió a causa del virus en octubre, como lo miraba su madre, una enfermera que también había sido infectada.

El niño de octavo grado fue diagnosticado con coronavirus solo seis días antes, pero de repente empeoró con sus niveles de oxígeno cayendo en picado, dijo su madre, Stephanie Franek, a The Sun.

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Mientras los médicos del Hospital de Niños SSM Health Cardinal Glennon trabajaban frenéticamente para salvar su vida, Peyton comenzó a sufrir una hemorragia, dijo su madre.

«Tuvo un gran ataque de tos y básicamente comenzó a tener una hemorragia en el pecho», dijo.

Cuando un médico trató de colocar tubos en el cuello del niño para ayudar a oxigenar su sangre, el líquido se esparció por todas partes, cubriendo las paredes, el equipo médico y el propio médico, dijo Franek.

“Nunca pensé que esto iba a suceder”, dijo Stephanie.

“No escuchas que los niños tengan COVID y que sea tan serio. Estaba en shock. No puedo describir esa repentina y devastadora pérdida «, agregó.

«Espero que la gente se tome COVID más en serio y no diga que es una agenda política o algún tipo de noticias falsas o que es lo mismo que la gripe», declaró la madre.