Una particular situación experimentó un trabajador de una compañía que brinda servicios de limpieza en España. En 2022 fue despedido e inició un juicio laboral en contra de la empresa, obteniendo un fallo a su favor por parte de la justicia.

Específicamente, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña consideró que el despido fue discriminatorio, ya que los jueces creyeron que la decisión de la compañía fue una represalia por la relación sentimental que el empleado mantenía con su jefa.

Según lo interpretado por el magistrado, el cese del sujeto no fue precisamente para castigar el romance, sino que ocurrió porque la superiora del subordinado no prestó ayuda en un episodio que motivó la destitución.

Los detalles del caso español

El funcionario, de apellido Ambrosio, trabajaba en Euro MaClean desde 2019. Su principal labor era limpiar los vagones de los trenes de una empresa ferroviaria española.

Él y sus colegas estaban divididos en cuadrillas de operarios: en cada uno de los ocho vagones del tren había dos funcionarios limpiando. Todos ellos se desempeñaban bajo las órdenes de Amalia, la jefa y pareja de Ambrosio.

Todo marchaba sin problemas aparentes, hasta que a fines de diciembre de 2021 se le notifica la apertura de un expediente por «comisión de falta muy grave, consistente en disminución continuada en el rendimiento del trabajo normal«. Pocos días más tarde, el 4 de enero de 2022, fue despedido.

La explicación que le dio la empresa fue que había bajado su rendimiento laboral en los últimos meses, estando por debajo del estándar de limpieza: «Tal descenso viene ocasionado por una desidia por su parte y una falta de interés en el desarrollo de su trabajo de forma voluntaria (…) no está realizando sus tareas con la periodicidad establecida y con la diligencia necesaria», le comunicó la compañía.

La reunión de la discordia

Antes del despido, Euro MaClean recibió una queja de parte del organismo ferroviario, señalando que la limpieza no se estaba ejecutando como se había acordado contractualmente. Por este motivo, Amalia fue citada a una reunión en la que participaron distintas autoridades de su lugar de trabajo.

En la instancia, se le solicitó reiteradamente que identificara al funcionario que no estaba desempeñando sus funciones como correspondía, pero ella no mencionó nombres.

Al principio, una vez que el trabajador fue desvinculado y protestó judicialmente, la justicia falló a favor de la compañía. Tal como sucede en Chile, el afectado insistió en segunda instancia —lo que en nuestro país sería la Corte de Apelaciones—, obteniendo un resultado afín a sus intereses.

¿Qué decretó el Tribunal Superior de Cataluña?

El organismo estableció una relación entre la negativa de la jefa del funcionario despedido a colaborar con Euro MaClean en la identificación del responsable del trabajo deficiente y la intención de desvincular al afectado.

«Consideramos lo suficientemente plausible un ánimo de represalia oculto en la decisión empresarial, dado que la conducta de la jefa pudo contrariar y molestar a la compañía al ver que una de sus empleadas, en la que había depositado su confianza para dirigir una cuadrilla, se negaba a dar cuenta acerca del rendimiento de sus subordinados», se lee en el fallo.