Kenia se encuentra en medio de una devastadora crisis provocada por el fenómeno de El Niño, que ha desencadenado intensas inundaciones, cobrando la vida de al menos 120 personas y desplazando a unas 36,000 familias de sus hogares, según informes del Gobierno keniano.

Las lluvias estacionales, que siguieron a la peor sequía de las últimas cuatro décadas en el país, han sumido a Kenia en una situación de calamidad, afectando ciudades y pueblos en toda la región de África Oriental.

Las consecuencias de las inundaciones son desgarradoras, con miles de personas quedando sin hogar a medida que las fuertes corrientes arrastran viviendas y sumergen tierras de cultivo. Además, se ha reportado la pérdida de miles de cabezas de ganado, un recurso vital para las comunidades locales.

Las áreas más afectadas se encuentran en el noreste, el este y la costa, según un comunicado oficial de la Presidencia keniana. El presidente del país, William Samoei Ruto, describió la situación como una ‘emergencia’ durante una reunión con las agencias encargadas de gestionar la crisis.

Autoridades en Kenia vigilantes del progreso de las fuertes lluvias

Raymond Omollo, ministro del Interior de Kenia, señaló que están monitoreando de cerca las presas más importantes y advirtió sobre la inminente amenaza en la presa que alberga la central hidroeléctrica de Kiambere, en el río Tana, la cual tiene apenas un metro para desbordarse. ‘Hacemos un llamamiento a quienes se encuentran río abajo para que se desplacen a terrenos más elevados, incluso mientras el Gobierno aumenta la generación de energía para mitigar el desafío’, instó el funcionario.

El Departamento Meteorológico de Kenia pronosticó que las precipitaciones continuarán hasta enero de 2024. Esta crisis destaca el impacto del cambio climático, ya que fenómenos meteorológicos extremos, como sequías intensas seguidas de fuertes lluvias, se vuelven más frecuentes y severos.

La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación en Kenia, y se espera que se intensifiquen los esfuerzos de ayuda y asistencia humanitaria para hacer frente a las necesidades inmediatas de las personas afectadas. Las inundaciones no solo han causado pérdidas de vidas, sino también brotes de enfermedades, destrucción de infraestructuras y propiedades.

Ante el pronóstico de lluvias continuas, las autoridades están trabajando para implementar medidas de prevención y evacuación, buscando garantizar la seguridad de la población. La situación en Kenia destaca la urgente necesidad de abordar los desafíos del cambio climático y fortalecer las medidas de resiliencia en las comunidades vulnerables.

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