La educación se convierte en un lujo inalcanzable para 625 mil menores en la Franja de Gaza, según datos revelados por la Organización de Naciones Unidas. En medio del conflicto palestino-israelí, las escuelas se ven obligadas a cerrar sus puertas, dejando a miles de niños sin acceso a la educación.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo ha manifestado su preocupación por la situación, señalando que su personal continúa brindando apoyo a los niños palestinos mediante actividades que fomenten su regreso al proceso de aprendizaje. Sin embargo, la necesidad de un alto al fuego inmediato es urgente para asegurar que los menores puedan retomar sus estudios de manera segura.

El impacto que el conflicto ha tenido en la infancia de Gaza es devastador. Las escuelas han sido destruidas, los niños han perdido un año académico completo sin acceso a la educación ni a actividades recreativas. Los traumas emocionales que sufren los menores son profundos y duraderos.

Los niños son las principales víctimas de los conflictos y las guerras. Muchos han perdido la vida, otros han resultado gravemente heridos y, aquellos que sobreviven, llevan consigo cicatrices físicas y emocionales de por vida. La violencia no discrimina y los menores pagan un alto precio por la falta de voluntad política para resolver los conflictos de manera pacífica.

Hasta el momento, las cifras de víctimas en Gaza continúan en aumento. Según informes de las autoridades de salud dirigidas por Hamás, el número de palestinos muertos ha superado los 37 mil, mientras que los heridos ascienden a más de 85 mil. Las atrocidades de la guerra no distinguen entre combatientes y civiles, dejando un rastro de dolor y sufrimiento a su paso.

Por su parte, el ejército israelí ha reportado la muerte de ocho soldados en enfrentamientos en el sur de la Franja de Gaza. Avichay Adraee, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, ha asegurado que continúan avanzando en la derrota de Hamás y en la neutralización de sus capacidades militares. La escalada de violencia parece no tener fin, con ambas partes involucradas en un ciclo destructivo que solo incrementa el sufrimiento de la población civil.

Desde el inicio de la guerra el pasado 7 de octubre, las consecuencias han sido catastróficas. Hamás lanzó un ataque sin precedentes en el sur de Israel, causando la muerte de alrededor de mil 200 israelíes. En respuesta, Israel ha emprendido una ofensiva a gran escala contra Hamás en la Franja de Gaza, desencadenando una espiral de violencia y destrucción que parece no tener fin.

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