El domingo, hombres armados llevaron a cabo ataques en sinagogas e iglesias en la región de Daguestán, en el Cáucaso Norte de Rusia. Los ataques dejaron un saldo trágico: un sacerdote, seis agentes de policía y un miembro de la guardia nacional fueron asesinados, según informaron las autoridades de seguridad. Estos hechos ocurrieron tanto en Makhachkala, la ciudad más grande de Daguestán, como en Derbent, una ciudad costera donde se registraron tiroteos.

El Comité de Investigación de Rusia ha iniciado investigaciones penales por “actos de terrorismo” mientras continúa la búsqueda de los responsables de estos ataques. Esta serie de sucesos se da tan solo tres meses después de la masacre en la sala de conciertos Crocus City Hall, en la que hombres armados causaron la muerte de al menos 144 personas y dejaron a otras 360 heridas. Este atentado ha sido catalogado como el peor en Rusia en las últimas dos décadas.

Origen de los atacantes de Rusia y vínculos con el Estado Islámico

En abril, el Servicio de Seguridad ruso FSB informó que detuvo a cuatro individuos en Daguestán por sospecha de planear los ataques, los cuales fueron reivindicados por el Estado Islámico. Se sabe que más de 20 sospechosos, incluidos los cuatro atacantes, provenían de Tayikistán, una exrepública soviética de Asia Central vecina de Afganistán.

A raíz de estos incidentes, se ha revelado que militantes de Daguestán han viajado para unirse al grupo Estado Islámico en Siria, donde en 2015 se declaró que había establecido una “franquicia” en el Cáucaso Norte. Daguestán se encuentra al este de Chechenia, región donde las autoridades rusas han mantenido enfrentamientos con separatistas islámicos en dos brutales guerras en 1994-1996 y 1999-2000. Posteriormente, la región ha sido escenario de constantes conflictos entre militantes islamistas y las fuerzas de seguridad rusas, cobrando la vida de decenas de civiles y agentes policiales.

Responsabilidad y acusaciones por parte de Rusia

Vladimir Putin, presidente de Rusia, reconoció a finales de marzo que los ataques en Crocus City Hall fueron perpetrados por “islamistas radicales”, aunque insinuó que podrían haber sido orquestados desde Kiev. Sin embargo, más tarde se comprobó que el grupo Estado Islámico era el responsable directo de los ataques y coordinó la operación a través de internet. Las autoridades rusas, en una declaración reciente, señalaron que miembros del grupo Provincia de Jorasán, rama afgana del Estado Islámico, fueron los encargados de financiar, planear y ejecutar los atentados en Crocus City Hall. A pesar de esto, Moscú ha intentado vincular a Ucrania y Occidente con los hechos, alegando una posible conexión con la frontera ucraniana al término de la operación terrorista. Por su parte, el gobierno de Ucrania ha negado reiteradamente cualquier responsabilidad en los ataques y se mantiene al margen de las acusaciones vertidas desde Moscú.

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