Washington.- Este lunes, el 64 por ciento de los miembros del sindicato estadounidense Trabajadores de la Automoción Unidos (UAW) ratificó el acuerdo alcanzado a finales de octubre con las gigantes automotrices Ford, General Motors y Stellantis, poniendo fin a una huelga que involucró a más de 40.000 empleados durante seis semanas.

El presidente de UAW, Shawn Fain, expresó su satisfacción ante la aprobación del acuerdo y afirmó que, después de años de recortes y meses de campaña, han cambiado la situación de los trabajadores de la industria automotriz estadounidense. Señaló que, con este nuevo convenio, aproximadamente 150.000 trabajadores recuperarán derechos perdidos desde la crisis financiera de 2008. El acuerdo, válido hasta 2028, incluye un aumento salarial del 25 por ciento por hora y asignaciones ajustadas al costo de vida.

Fain subrayó que estos contratos marcan el camino hacia un futuro de reindustrialización y poder para la clase trabajadora, celebrando la recuperación de derechos y un significativo incremento salarial.

Trabajadores de la industria automotriz consiguen acuerdo histórico

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, felicitó tanto a los trabajadores como al sindicato, calificando el acuerdo como «histórico» y resultado de «un gran sacrificio». Destacó que los beneficios para los sindicatos se traducen en mejoras para todos los trabajadores, y mencionó que otras compañías automotrices como Toyota, Honda, Hyundai y Subaru también han anunciado importantes aumentos salariales.

La huelga se originó después de que los fabricantes no ofrecieran las demandas del sindicato, que buscaba recuperar beneficios perdidos hace más de una década. A pesar de las pérdidas económicas para las empresas automotrices durante la interrupción parcial de la producción, el sindicato se mantuvo firme en sus reclamaciones para mejorar salarios, beneficios y protecciones laborales.

El acuerdo histórico pone fin a la primera huelga simultánea en las fábricas de las tres principales empresas automotrices de Estados Unidos y establece un precedente en la lucha por mejores condiciones laborales en el sector. General Motors, que informó de pérdidas semanales de alrededor de 200 millones de dólares debido a la interrupción de la producción, ahora buscará reanudar operaciones normalizadas.

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