El exvicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, ha decidido abandonar su campaña presidencial republicana, poniendo fin a su intento de derrocar a su exjefe, Donald Trump, y convertirse en el abanderado del partido.

Pence apostaba a que los votantes de las primarias republicanas le recompensarían por seguir la Constitución estadounidense en lugar de obedecer a Trump, quien buscaba anular los resultados de las elecciones de 2020.

A pesar de romper públicamente con Trump y criticar su papel en la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos, la base de partidarios del expresidente nunca perdonó a Pence por supervisar la certificación de la elección del demócrata Joe Biden, pues consideraron sus acciones como un acto supremo de deslealtad.

Por otro lado, Trump ha obtenido una de las mayores ventajas en las encuestas de las primarias de la historia electoral de Estados Unidos. La mayoría de los votantes republicanos han abrazado, o simplemente no les importa, la mentira de Trump de que le robaron las elecciones de 2020 y sus esfuerzos por anular el resultado.

Pence tuvo una complicada campaña desde el inicio

Uno de los obstáculos más grandes para Pence fue su dificultad para atraer suficientes votantes o donantes que se opusieran a Trump en las primarias republicanas. Desde que anunció su candidatura a la Casa Blanca en junio, Pence tuvo problemas para recaudar dinero. En el tercer trimestre, su candidatura reveló una deuda de 620 mil dólares y apenas 1,2 millones de dólares en efectivo, una cifra insuficiente en comparación con sus rivales republicanos y muy lejos de los requerimientos financieros de una carrera presidencial.

Además de enfrentarse a Trump, Pence tuvo que competir con otros rivales republicanos que apelaban más a los votantes y donantes contrarios al expresidente, como la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley y el gobernador de Florida Ron DeSantis.

El abandono de la carrera presidencial de Pence representa una victoria indiscutible para Trump, quien ahora se posiciona como el favorito en la carrera por la nominación presidencial republicana. Ahora, queda por ver cómo evolucionará el panorama político en los próximos meses y cómo se definirá la contienda para las elecciones de 2024.

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