Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas 684.000 personas mueren anualmente debido a caídas: se trata de la segunda causa mundial de muerte por traumatismos involuntarios. De acuerdo con lo publicado en el medio mexicano Debate, el Dr. Nicholas Kman, especialista en medicina de emergencia en el centro Médico de la Universidad Estatal de Ohio, sugiere que las caídas desde determinadas alturas tienen probabilidades de supervivencia asociadas: en una caída desde un cuarto piso hay una posibilidad de sobrevivir del 50%, por ejemplo; mientras que en una desde un séptimo las probabilidades descienden drásticamente a un 10%.

Hay casos y casos, claro, y la probabilidad no asegura nada: en 2013, un joven británico llamado Tom Stilwell de 20 años sobrevivió a una caída desde el piso número 15 de un edificio en Auckland, Nueva Zelanda; pero, por otro lado, también es posible caerse estando sobre suelo sólido y que acabe siendo letal.

Hay varios factores que pueden suponer la diferencia entre la vida y la muerte: alcanzar o no la velocidad terminal (la máxima velocidad en caída libre que puede alcanzar un ser humano y que, sin importar la altura de la caída, no incrementará); la parte del cuerpo que reciba el impacto (caer desde varios metros sobre la cabeza, por ejemplo, supone una posibilidad de morir del 98%; mientras que, de caer sobre la espalda o el estómago, la probabilidad de sobrevivir crece al 50%; aunque en ambos casos también depende de la altura y la velocidad) o la edad de la persona que caiga pueden ser determinantes.

Según un informe elaborado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se puede observar un aumento del 7.6% en las caídas letales sufridas por adultos de 65 años o más entre el 2020 y el 2021: a medida que las personas envejecen, pierden densidad ósea y muscular, lo que supone una menor protección ante impactos y aumenta la probabilidad de que una caída cause una fractura o traumatismo.

Este miércoles, una mujer de 95 años murió en Lugo tras caer desde su piso, un quinto, mientras limpiaba las ventanas. Según La Voz de Galicia, ocurrió sobre las dos de la tarde en una vivienda de la avenida Marqués de Ombreiro, ubicada en el cruce de la misma con la rúa Río Mandeo, en el barrio de O Carme.

La Policía Local envió inmediatamente un vehículo patrulla y los servicios de emergencia movilizaron una ambulancia tras recibir una alerta de un particular al 112. Aunque los sanitarios trataron de auxiliar a la mujer, no pudieron hacer nada, ya que el impacto le había provocado la muerte.

El suceso atrajo mucha atención de los vecinos, lo que supuso que la policía tuviese que acordonar la zona mientras los técnicos llevaban a cabo su investigación. También acudió al lugar la Policía Nacional, y sus agentes se encargaron del caso siguiendo el protocolo habitual. Por su parte, el juzgado trasladó a varios trabajadores para proceder al levantamiento y traslado del cadáver. Los equipos de emergencias se encargaron también de limpiar el lugar del accidente.

En un primer momento, se llegó a extender entre los vecinos y locales la información de que la fallecida era una empleada de limpieza, pero poco después del suceso esto fue desmentido por fuentes oficiales: la fallecida es la dueña del piso desde el que se precipitó. Tenía 95 años de edad y problemas de movilidad, por lo que, según informó la Policía Nacional a La Voz de Galicia, los primeros indicios apuntan a que se trató de un accidente doméstico mientras limpiaba sus ventanas.