Un hecho lamentable ocurrió el pasado en la ciudad de Lafayette, en el estado de Indiana, Estados Unidos. Un niño de 5 años encontró una pistola en el departamento donde vivía con sus padres y disparó accidentalmente a su hermano menor de 16 meses, causándole la muerte.

Los padres de los menores, Deonta Jermaine Johnson y Shatia Tiara Welch, fueron arrestados y acusados de negligencia, obstrucción de la justicia y posesión de drogas. Según los fiscales, los niños tenían droga en la sangre al momento del incidente: el bebé tenía marihuana y el mayor cocaína.

El padre estaba dormido en el apartamento cuando ocurrió el disparo, mientras que la madre no estaba presente. Ella declaró a la policía que era la dueña del arma, pero que normalmente la guardaba bajo llave en una caja debajo de la cama.

La policía encontró en el lugar 93 pastillas de fentanilo, marihuana y parafernalia. Los fiscales también señalaron que el padre intentó sacar marihuana del apartamento antes de que llegara la policía.

Los padres del niño enfrentan cargos graves que podrían llevarlos a la cárcel por varios años

Mientras tanto, la comunidad lamenta la pérdida de una vida inocente por un acto de irresponsabilidad y descuido, este caso se suma a otros similares que han ocurrido en Estados Unidos, donde los niños tienen acceso a armas de fuego y las usan sin saber las consecuencias. Según un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), entre 2014 y 2017 hubo un promedio anual de 2.715 muertes por armas de fuego entre niños y adolescentes menores de 18 años.

Estos hechos han generado un debate sobre el control de armas en Estados Unidos, donde hay más armas que personas. Algunos sectores piden endurecer las leyes para regular la venta, posesión y uso de armas, mientras que otros defienden el derecho constitucional a portarlas.

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