Los cuervos que habitan la Torre de Londres — castillo medieval con una historia sangrienta y hogar de las joyas de la corona —, han sido por siglos los grandes protagonistas de una antigua leyenda que versa sobre el destino de la monarquía británica.

De acuerdo al relato, todo comenzó con el rey Carlos II quien fue advertido de una profecía que decía: “Si los cuervos abandonan la Torre de Londres, el reino caerá”. Desde entonces, estos guardianes se convirtieron en símbolo de estabilidad, pero la tercera muerte de un cuervo en tres años ha despertado mitos y leyendas.

El último de los cuervos en fallecer, un cuervo que llevaba el nombre de ‘Gripp’, murió con la cabeza atrapada en su jaula, previo a ser atacado por otros pájaros, informó El Clarín.

Los otros dos más cercanos fueron, ‘Erin’ y ‘Rex’, ejemplares que murieron en agosto de 2022 y septiembre de 2024, en ese orden. Tres fallecimientos que han despertado la duda si la profecía está comenzando a suceder, sobre todo por registrar dos perdidas este año.

Si bien para algunos londinenses la muerte de los cuervos es sólo parte del ciclo natural de la vida, para los más supersticiosos, las muertes se ven ligadas a un debilitamiento interno de la corona, ante los aumentos de tensión en la familia real.

Cuervos guardianes

Para los londinenses, los cuervos que habitan la Torre de Londres no son sólo aves comunes, sino que cada uno es asignado a un nombre y personalidad, como los guardines de este mito medieval.

A la fecha, seis cuervos son los que custodian el hogar de las joyas de la corona y de los Beefeaters y se tratan de Jubilee, Harris, Poppy, Georgie, Edgar y Branwen.

Los ejemplares son cuidados por los Yeomen Warders (Beefeaters), quienes se encargan de asegurar que en la torre permanezcan al menos seis cuervos, tal como lo dicta la ley promulgada por Carlos II.

El maestro de los cuervos

Estas aves de la Torre de Londres permanecen bajo el cuidado — y quién se encarga de que permanezcan en el sitio —, de Michael “Barney” Chandler, un ex comandante de la Royal Marines que tiene como misión garantizar la supervivencia de las emblemáticas aves.

El equipo de Chandler se encarga de alimentar, cuidar y mantener en optimas condiciones de salud a estos ejemplares, bajo el principio de que su presencia es crucial para la permanencia de la corona.