La reconocida activista iraní y ganadora del premio Nobel de la Paz 2023, Narges Mohammadi, anunció que iniciará una nueva huelga de hambre en la prisión de Evin, ubicada en Teherán, Irán. Esta comenzará el próximo 10 de diciembre, coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos, se unirá a la huelga de hambre que llevan a cabo las mujeres bahá’ís, una religión que es considerada apóstata por las autoridades iraníes, y que también se encuentran encarceladas en Evin.

Mohammadi expresó su consternación por la situación de los manifestantes, los presos, las mujeres torturadas en celdas solitarias y las víctimas de la opresión en Irán. Su lucha por los derechos humanos y su valentía para denunciar los abusos, especialmente en las cárceles del país, la han llevado a enfrentar varias condenas a lo largo de los últimos 20 años, sumando un total de 31 años de prisión.

Su trabajo la llevó a prisión

A lo largo de su vida, Mohammadi ha fundado organizaciones en defensa de los derechos de las mujeres y escrito libros y artículos para dar a conocer los abusos a los que son sometidas. Debido a su labor periodística, en mayo de este año fue galardonada con el Premio Mundial a la Libertad de Prensa de Naciones Unidas, en conjunto con sus colegas Niloofar Hamedi y Elaheh Mohammadi.

Su última condena aún más grave le añadió diez años y ocho meses de prisión, así como 154 latigazos, acusada de «delitos relacionados con la seguridad nacional y propaganda contra el Estado». Esta sentencia ha sido criticada por organizaciones humanitarias internacionales, quienes afirman que está directamente relacionada con su activismo.

Sus allegados claman por justicia

La familia y los allegados de Mohammadi han hecho múltiples solicitudes para que sea liberada por motivos humanitarios, especialmente desde que sufrió un ataque cardíaco el año pasado y tuvo que someterse a una operación de emergencia. Sin embargo, sus peticiones han sido ignoradas hasta el momento.

La persistencia de Mohammadi en su lucha por los derechos humanos y su valentía para enfrentar las injusticias a pesar de la dura represión del régimen iraní la han convertido en un símbolo de la resistencia y la lucha por la libertad en su país y en el mundo. Su nueva huelga de hambre es un llamado desesperado por ser escuchada y por poner fin a la opresión y violación de los derechos fundamentales en Irán.