La tragedia se desató en los condominios Río Palma, en Guachipelín de Escazú, Costa Rica, donde Otoniel Orozco Mendoza, un nicaragüense de 53 años, perdió la vida de manera violenta. Tras este trágico suceso, Nicaragua, país de origen de la víctima, denunció actos de xenofobia. La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, condenó el crimen y atribuyó el suceso a la xenofobia, exigiendo justicia para la familia de Orozco.

El cuerpo de la víctima repatrió y sepultó en Trujillo, municipio de Ciudad Darío. En sus declaraciones, la funcionaria nicaragüense enfatizó la importancia de la hermandad centroamericana y condenó enérgicamente cualquier acto de discriminación, recordando que la región siempre ha sido tierra de migraciones.

El presunto responsable del homicidio, Eduardo Ramírez, enfrentará un juicio por homicidio en aproximadamente un mes, luego de que un juez de Costa Rica dictara prisión preventiva en su contra. Según fuentes locales, Ramírez había manifestado comentarios xenófobos hacia Orozco Mendoza, cuestionando su residencia en el exclusivo condominio. Los antecedentes de conflicto entre ambos hombres se remontan a junio de 2022, con denuncias por agresiones, actos obscenos y provocaciones.

Las reacciones y reflexiones desde Nicaragua ante el polemico caso

La trágica confrontación tuvo lugar a las 7:31 am en el mencionado condominio, donde Ramírez disparó en varias ocasiones contra Orozco, causándole heridas mortales. Expertos criminólogos y abogados penalistas han señalado que alguien parece haber premeditado la agresión y califican el caso como un homicidio calificado, descartando la legítima defensa o el estado de emoción violenta como justificación.

Esta lamentable situación pone de manifiesto la crisis de violencia que atraviesa Costa Rica, generando temor y estrés colectivo en la población. Hasta la fecha, se han registrado 365 homicidios en lo que va del año

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