En medio de una escalada de violencia sin precedentes, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, reconoció que su país necesita ayuda militar extranjera para combatir la creciente ola de crimen organizado. En entrevista con FM Mundo, Noboa admitió que aceptó el apoyo de Argentina y Estados Unidos, reconociendo que necesitan tanto personal como asistencia militar para hacer frente a la violencia y la inseguridad que ha afectado al país en los últimos años.

«Necesitamos apoyo militar en fuerza de personas, soldados, asistencia en inteligencia, artillería y equipamiento», señaló el presidente ecuatoriano. Ante la situación alarmante que vive Ecuador, el gobierno ha tomado medidas de excepción, como el uso de las Fuerzas Armadas y toques de queda, para intentar restaurar el orden y retomar el control de las cárceles.

Ecuador se sume en caos

La crisis se desató tras la fuga del líder de Los Choneros, Adolfo Macías, alias ‘Fito’. Desde entonces, el país ha vivido momentos de caos tanto dentro como fuera de las prisiones, lo que llevó al gobierno a declarar el estado de emergencia. Ante esta situación, una delegación estadounidense viajará en las próximas semanas a Ecuador para colaborar con las autoridades locales en la lucha contra los grupos armados.

Las declaraciones de Noboa generaron preocupación en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, que subrayó la importancia de que cualquier restricción de libertades en Ecuador se ajuste a los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad y no discriminación.

ONU ofrece ayuda a Noboa

Liz Throssell, portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, afirmó que la situación de Ecuador es un «enorme desafío» en materia de inseguridad.

Throssell hizo hincapié en que los Derechos Humanos deben estar en el centro de todas las políticas para hacer frente a la violencia, y pidió que se investiguen de forma rápida, transparente, completa e independiente los últimos incidentes. En los últimos días, se han registrado al menos doce muertes violentas y 170 secuestros en siete cárceles del país.

Ante estos desafíos, la ONU se ofrece a colaborar con las autoridades ecuatorianas para encontrar soluciones a largo plazo y abordar las causas subyacentes del crimen organizado. Sin embargo, también advierte que los poderes concedidos a las Fuerzas Armadas deben ser excepcionales, limitados en el tiempo y subordinados a las autoridades civiles.