El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, enfrentó las primeras manifestaciones en el país en contra del aumento en el precio de las gasolinas de mayor consumo. Esta medida fue tomada por su Administración luego de la reducción de los subsidios a dichos combustibles, lo que ha generado malestar en la población.

Diversos puntos del territorio ecuatoriano fueron testigos de protestas que incluyeron bloqueos de vías, siendo la marcha convocada en la capital Quito por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la principal central sindical del país, la más multitudinaria. Esta manifestación también contó con la participación de otros gremios y colectivos sociales que expresaron su descontento ante la situación.

A pesar de que la movilización en Quito se desarrolló de manera pacífica en su mayor parte, al final algunos participantes intentaron derribar vallas colocadas por la Policía para evitar el acceso a la Plaza de la Independencia, donde se encuentra el Palacio de Carondelet, sede de la Presidencia y del Gobierno. La lluvia y la intervención policial dispersaron a los manifestantes, aunque algunos se mantuvieron desafiando a las autoridades en la Plaza de Santo Domingo hasta altas horas de la noche.

Jornada de protestas fue exitosa

Los sindicatos consideraron exitosa esta primera jornada de protestas y adelantaron la posibilidad de llevar a cabo más movilizaciones en las próximas semanas, ya que se espera un nuevo incremento en el precio de las gasolinas para mediados de julio.

Mientras tanto, durante el desarrollo de estas manifestaciones, el presidente Noboa se encontraba fuera del país, participando en un encuentro presidencial y gabinete nacional en Lima, Perú. La ausencia de la participación oficial del movimiento indígena, que ha sido protagonista de protestas anteriores en Ecuador, marcó esta movilización, que se centró en la oposición al aumento de los precios de las gasolinas.

A diferencia de sus predecesores, Noboa optó por reducir los subsidios a las gasolinas, que representan un gasto anual de aproximadamente 644 millones de dólares para el Estado, manteniendo las subvenciones al diésel y al gas. Esta medida generó un aumento en el precio de las gasolinas Extra y Eco País de 85 octanos, que pasaron de costar 2,47 a 2,72 dólares por galón.

Además, el Gobierno implementó un mecanismo de estabilización de precios para evitar fluctuaciones bruscas, asegurando que el valor al consumidor de estos combustibles no aumente más de un 5 % al mes ni disminuya más de un 10 % al mes. Asimismo, se ha establecido un programa de compensación para ayudar a 84.000 transportistas a cubrir el incremento en los precios de las gasolinas, sin afectar el precio de los pasajeros.

La reducción de los subsidios a las gasolinas forma parte de las reformas económicas que el presidente Noboa ha emprendido para equilibrar las cuentas públicas del país, que en 2023 presentaron un déficit cercano a los 4.800 millones de dólares, equivalente al 5 % del PIB.

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