El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) ha emitido un comunicado alarmante en el que señala que los bomberos ucranianos continúan luchando para extinguir incendios latentes en el sarcófago de protección del reactor de la central nuclear de Chernóbil, dos semanas después de que la estructura fuera alcanzada por un dron. El director general del OIEA, Rafael Grossi, ha expresado su preocupación por la situación y ha destacado la gravedad del incidente en términos de seguridad nuclear.

Según Grossi, el ataque con dron que tuvo lugar el 14 de febrero provocó un agujero en el sarcófago, diseñado para evitar posibles emisiones de material radiactivo y proteger el reactor dañado. A pesar de que las mediciones de radiación indican niveles normales dentro del sarcófago y la central de Chernóbil, se han detectado incendios latentes entre las capas de la estructura, lo que ha obligado a los equipos de respuesta a inyectar agua para intentar sofocar el fuego.

El equipo del OIEA desplegado en la central ha estado monitoreando de cerca la situación, informando sobre alertas aéreas que han interrumpido las labores de extinción en varias ocasiones. Además, se ha observado la presencia de drones a una distancia cercana de las instalaciones, lo que ha generado preocupación entre los expertos.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha responsabilizado a Rusia del ataque con el dron, señalando que es el único país que ataca centrales nucleares y lleva a cabo acciones tan peligrosas. Por su parte, el Kremlin ha negado cualquier implicación de las tropas rusas en el incidente, calificándolo como una provocación o falsificación por parte del régimen de Kiev.

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