Miles de personas se congregaron el pasado jueves en la capital de Panamá para expresar su rechazo al controvertido proyecto del presidente José Raúl Mulino de aumentar la edad de jubilación.

Con banderas panameñas en alto y pancartas en contra de la reforma, alrededor de 5.000 trabajadores marcharon hacia el edificio del Congreso, coreando consignas como «Mulino vas a caer» y «con el hambre no se juega». A pesar de la lluvia, la manifestación se llevó a cabo sin incidentes.

Esta marcha fue convocada por el sindicato de la construcción, Suntracs, cuyo líder, Saúl Méndez, denunció que Mulino pretende «aumentar la edad de jubilación y quitarle dinero a los pensionados y trabajadores para favorecer a los bancos». En respuesta, el mandatario calificó a los líderes del Suntracs como «delincuentes facinerosos».

El proyecto en cuestión busca elevar la edad de jubilación en tres años, a 60 años para las mujeres y 65 para los hombres, con el objetivo de evitar la quiebra de la Caja del Seguro Social. Además, contempla un aumento del 3% en la cuota mensual que los empresarios pagan al sistema de pensiones y un aporte anual del Estado de casi 1.200 millones de dólares.

Expertos han advertido que, de no implementarse estas reformas, el Seguro Social acumulará un déficit superior a 1.000 millones de dólares este año, el cual podría duplicarse para el año 2030. Por esta razón, el debate en el Congreso panameño ha generado una gran controversia y movilización por parte de la población.

La protesta del pasado 12 de febrero terminó en incidentes, con 15 policías heridos y medio centenar de detenidos, incluyendo a 83 manifestantes que están pendientes de proceso judicial. Sin embargo, la lucha de los panameños por pensiones dignas y justas continúa en las calles de la capital.

Podría interesarte:

• Netanyahu advierte a Hamás tras error en entrega de cuerpos
• Australia modifica rutas aéreas por presencia de buques de guerra chinos