En la reciente Audiencia General celebrada en el Aula Paulo VI, el Papa Francisco dirigió su catequesis hacia un tema sensible y urgente: la explotación infantil. Con un tono firme y conmovedor, el Santo Padre destacó la importancia de proteger y cuidar a los niños en un mundo donde la vulnerabilidad y el abuso son una triste realidad.

En sus palabras, el Papa destacó la ironía de una sociedad que avanza en la tecnología y la inteligencia artificial, pero que aún no logra erradicar la explotación y el abuso infantil.

Ante ello, hizo un llamado a la reflexión, recordando la historia de Herodes y su cruel orden de matar a los niños, comparándola con las realidades actuales donde muchos niños son obligados a trabajar y sufrir en condiciones inhumanas.

«Pero un niño que no sonríe  y no sueña no podrá conocer ni dejar florecer sus talentos», afirmó el Papa, instando a proteger la infancia y los sueños de los más pequeños. En un mundo donde los niños enfrentan amenazas constantes a su bienestar y felicidad, el Papa Francisco pidió a los cristianos no ser indiferentes ante el sufrimiento de los más vulnerables.

Además, el Pontífice recordó a todos los presentes que cada persona que lastime a un niño tendrá que rendir cuentas a Dios, llamando la atención sobre el flagelo del trabajo infantil que roba la alegría y el futuro de tantos niños en todo el mundo.

En un gesto esperanzador, al final de la Audiencia, una compañía de circo de diferentes países africanos realizó una presentación para el Papa, quien agradeció con emoción y alegría.

De esta manera, su llamado a proteger a los niños, a no permitir abusos ni maltratos, es un recordatorio de la responsabilidad de todos en construir un mundo más justo y humano para las generaciones futuras.

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