El Papa Francisco, de 88 años, aún continua hospitalizado por una doble neumonía, según el último informe del Vaticano, el santo padre presenta un estado de salud que es crítico, pero se mantiene estable.

Fuentes oficiales también informaron que no ha tenido más crisis respiratorias y que sus parámetros hemodinámicos son estables, sin embargo continua "vigilado" por sus médicos de cabecera.

A pesar de su condición, el Papa ha continuado trabajando ocasionalmente desde el hospital. Ha mantenido reuniones, con su segundo al mando, el cardenal Pietro Parolin, donde discutieron casos pendientes para la santidad. También ha recibido la visita de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.

El pasado lunes el Vaticano informó que la condición del pontífice se mantuvo crítica, pero había mostrado una "leve mejoría" y se le había diagnosticado también una "insuficiencia renal leve" que no era motivo de preocupación.

También continúa con la terapia de oxígeno, pero con flujos a un porcentaje levemente reducidos a los días anteriores. Ante la complejidad de su cuadro clínico, los médicos decidieron, por prudencia, mantener un pronóstico reservado.

El pronóstico del Papa está bajo vigilancia constante y el Vaticano sigue monitoreando de cerca su recuperación y gestionando sus actividades durante su hospitalización.

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