El papa Francisco ha emitido un llamado a la comunidad internacional para que se adopte un tratado vinculante que regule el uso de la inteligencia artificial (IA) debido a los peligros que esta tecnología conlleva. En su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones, el pontífice expresó su preocupación por los avances de la IA y sus implicaciones en la sociedad.

En su comunicado, el papa Francisco señaló que «la sola reglamentación no es suficiente» y que es necesario trabajar en conjunto para establecer un tratado internacional que regule el desarrollo y el uso de la inteligencia artificial en todas sus formas. Destacó que la llegada de la IA ha modificado radicalmente la información y la comunicación, lo que ha generado tanto entusiasmo como desorientación.

«Renuevo mi llamamiento exhortando a la comunidad de las naciones a trabajar unida para adoptar un tratado internacional vinculante, que regule el desarrollo y el uso de la inteligencia artificial en sus múltiples formas (…) como en cualquier ámbito humano, la sola reglamentación no es suficiente», escribe el papa.

Si bien reconoció los beneficios que esta tecnología puede aportar, como la facilitación del intercambio de información entre diferentes pueblos y generaciones, el papa también advirtió sobre los peligros que conlleva. Entre ellos, mencionó la propagación de noticias falsas y de deepfakes, imágenes y audios creados de manera artificial que parecen reales pero son totalmente falsos. Incluso el papa Francisco ha sido víctima de estas falsificaciones.

«Pueden ser instrumentos (refiriéndose a las IA) de contaminación cognitiva, de alteración de la realidad a través de narrativas parcial o totalmente falsas que se creen y se comparten como si fueran verdaderas».

El pontífice hizo hincapié en la importancia de la regulación ética de la IA para prevenir las implicaciones nocivas y discriminadoras de estas tecnologías. Expresó su preocupación por el uso de la inteligencia artificial en la reducción del pluralismo, la polarización de la opinión pública y la construcción de un pensamiento único. Además, destacó el riesgo de que la IA reduzca a las personas a meros datos y elimine la individualidad y la riqueza de cada persona y su historia.

«Que todo se transforme en un cálculo abstracto, que reduzca las personas a meros datos, el pensamiento a un esquema, la experiencia a un caso, el bien a un beneficio, y sobre todo que acabemos negando la unicidad de cada persona y de su historia, disolviendo la concreción de la realidad en una serie de estadísticas».

El papa Francisco concluyó su llamado afirmando que es inaceptable que el uso de la inteligencia artificial lleve a un pensamiento anónimo y a una negligencia colectiva de responsabilidad editorial. Advirtió sobre la «guerra paralela» que se está llevando a cabo a través de campañas de desinformación, que utilizan la inteligencia artificial para manipular la opinión pública.