El Papa Francisco lamentó las desigualdades que se presentan en el acceso a la sanidad, especialmente en los países pobres.

Indicó que en dichas naciones el que los habitantes puedan recibir un tratamiento continua siendo un lujo. Además, puso como ejemplo «la falta de disponibilidad de vacunas» contra el COVID-19.

«Pienso sobre todo en los habitantes de las zonas más pobres del planeta, donde a veces hay que recorrer largas distancias para encontrar centros de asistencia sanitaria que, a pesar de contar con recursos limitados, ofrecen todo lo que tienen a su disposición», mencionó el Papa Francisco.

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En su discurso, el Papa agradeció la labor que realizan las iglesias locales. Sin embargo, aseguró que todavía queda mucho camino por recorrer.

Con el motivo del Día Mundial del Enfermo, el Papa Francisco tuvo presentes a los enfermos que durante la pandemia han estado solos en una unidad de cuidados intensivos.

Debido a ello, pidió a los agentes sanitarios que tomen en cuenta que «el enfermo es siempre más importante que su enfermedad y por eso cada enfoque terapéutico no puede prescindir de escuchar al paciente, de su historia, de sus angustiar y de sus miedos».

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