Desde el 20 de diciembre, la Policía de Nicaragua ha detenido a un obispo, 13 sacerdotes y dos seminaristas. El papa Francisco mostró su inquietud por esta situación y pidió que se buscara siempre el camino del diálogo para superar los problemas en la Nicaragua del presidente Daniel Ortega.

Desde la ventana del Palacio Apostólico, después de rezar el primer Ángelus del año, el papa Francisco dijo: “Me preocupa todo lo que está pasando en Nicaragua, donde la policía ha privado de la libertad a obispos y sacerdotes. Les envío a ellos, a sus familias y a toda la Iglesia del país mi oración cercana”. También pidió a los fieles y a todo el pueblo de Dios que rezaran de manera insistente.

La tensión entre el Gobierno y la Iglesia es evidente

La tensión entre el Gobierno nicaragüense y la Iglesia católica es evidente. La expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de las relaciones diplomáticas han marcado las relaciones entre ambas instituciones.

Defensores de derechos humanos y líderes opositores en el exilio han denunciado las detenciones de los 16 religiosos desde el 20 de diciembre, pero tanto el Gobierno como la Policía no confirman ni niegan estas afirmaciones.

El obispo Rolando Álvarez fue condenado a 26 años de prisión

Un tribunal condenó al obispo Rolando Álvarez a 26 años y 4 meses de prisión el 10 de febrero, lo despojó de su nacionalidad y le suspendió sus derechos ciudadanos de por vida bajo el cargo de traición a la patria.

En agosto pasado, el presidente Ortega también ordenó la disolución en el país de la Compañía de Jesús y expropió todo su patrimonio. Estas acciones han generado una fuerte crítica por parte del papa Francisco, quien previamente calificó al régimen de Ortega como una “dictadura grosera”.

La crisis en Nicaragua se intensifica tras las elecciones

Una ola de protestas contra el Gobierno de Ortega inició la crisis en Nicaragua en abril de 2018 y las elecciones de noviembre de 2021, en las que Ortega se reelegió para un quinto mandato, la han intensificado.

Aunque se logró un acuerdo con la Santa Sede para la excarcelación de 12 sacerdotes enviándolos al Vaticano, el obispo Rolando Álvarez se niega a abandonar el país.

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