Madrid.- El presidente de España, Pedro Sánchez, ha levantado una polémica esta semana al acusar al gobierno local de Valencia por la devastadora inundación que azotó la región a finales de octubre, dejando un saldo de 229 muertos. En medio de un enfrentamiento político con el Partido Popular (PP), Sánchez defendió la actuación de su gobierno y criticó la gestión de la emergencia por parte de las autoridades locales.

Durante su comparecencia ante el Congreso, Sánchez afirmó que su gobierno cumplió con sus responsabilidades desde el primer momento y seguirá haciéndolo. Sin embargo, señaló que la oposición ha polarizado la tragedia e instigado al desánimo, alimentando la desconfianza en las instituciones. El presidente de Valencia, Carlos Mazón, se defendió de las acusaciones de Sánchez, pidiendo que no se señale a los servidores públicos que cumplieron con su deber.

Las críticas cruzadas entre el gobierno central y el local han elevado l a polarización política en el país, generando un debate sobre las competencias en la gestión de catástrofes en un país descentralizado como España. Sánchez ha respaldado la creación de una comisión de investigación en el Congreso sobre la gestión de las inundaciones, comprometiéndose a transparentar la información disponible.

Ante la lentitud en la llegada de la ayuda a las zonas afectadas, Sánchez anunció un tercer paquete de ayudas por un valor de 2.274 millones de euros para acelerar la reconstrucción y la vuelta a la normalidad. Esta cifra eleva a un total de 16.600 millones de euros los recursos destinados a las regiones afectadas por las inundaciones, las más graves en décadas en España.

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