Varsovia.- El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha dejado en claro que Polonia no dará luz verde al ingreso de Ucrania a la Unión Europea hasta que ambos países resuelvan su desacuerdo sobre las masacres de polacos a manos de nacionalistas ucranianos durante la Segunda Guerra Mundial. Las recientes declaraciones del ministro de Exteriores ucraniano, Dmitri Kuleba, han avivado aún más la tensión entre ambas naciones.

Durante la visita de Kuleba a Polonia, sus comentarios sobre la historia compartida entre polacos y ucranianos desataron controversia. En una rueda de prensa, Tusk subrayó que «los ucranianos deben entender que unirse a la UE implica adherirse a estándares culturales y políticos», dejando claro que el consentimiento de Polonia es crucial para la futura integración de Ucrania en la UE.

Las desafortunadas declaraciones de Kuleba, realizadas en la ciudad de Olsztyn, incluyeron referencias a la masacre de Volinia y la Operación Vístula de 1947, destacando episodios dolorosos de la historia entre ambos países. Si bien prometió no oponerse a exhumaciones para esclarecer estos eventos, su llamado a dejar atrás el pasado generó rechazo en Polonia.

Además, el ministro ucraniano exigió respeto por la «memoria de los ucranianos» expulsados de territorios que consideran propios, lo que fue interpretado por algunos como una provocación territorial. A pesar de los intentos del Ministerio de Exteriores de Ucrania por aclarar sus declaraciones, la tensión entre ambas naciones continúa en ascenso.

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