Pekín.- En un discurso con motivo del Año Nuevo, el presidente chino, Xi Jinping, hizo una poderosa declaración afirmando que «nadie puede detener» la reunificación con Taiwán, una isla que Pekín considera parte de su territorio a pesar de tener un gobierno democrático propio.

Xi Jinping enfatizó que el pueblo chino a ambos lados del estrecho de Taiwán es una sola familia, destacando la importancia de los lazos de sangre que los unen y la tendencia histórica a la reunificación de la patria. Estas declaraciones llegan en un momento en el que China ha intensificado la presión sobre la isla, realizando grandes ejercicios militares en la región.

La tensión entre China y Taiwán se ha visto agravada por la llegada al poder del presidente Lai Ching-te en mayo, lo que ha provocado una serie de maniobras militares por parte de Pekín. A pesar de que los últimos ejercicios fueron los más grandes en años, las autoridades taiwanesas afirmaron que China no confirmó oficialmente su participación en ellos.

Estas declaraciones de Xi Jinping también coinciden con la próxima toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Taiwán ha sido tradicionalmente un punto de discrepancia entre Pekín y Washington, ya que Estados Unidos no reconoce oficialmente a Taiwán pero es su aliado estratégico y su principal proveedor de armas.

Con la promesa de Trump de implementar aranceles para castigar las prácticas comerciales que considera desleales por parte de China, las relaciones entre ambas potencias podrían verse aún más tensas después del 20 de enero. Pekín ha rechazado las acusaciones del presidente electo y la incertidumbre en la región ha aumentado en medio de estas declaraciones desafiantes de Xi Jinping.

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