La crisis humanitaria en Siria se agravará aún más en enero, ya que el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) informó que finalizará su principal asistencia en el país. Esta noticia llega mientras más de 12 millones de personas en Siria sufren de inseguridad alimentaria y carecen de acceso regular a alimentos suficientes.

Durante los últimos años, el PMA redujo gradualmente su apoyo en Siria y en países vecinos que albergan a millones de refugiados sirios. Sin embargo, el programa de asistencia ha llegado a su fin debido a la fatiga de los donantes y a presupuestos cada vez más reducidos.

En julio, el PMA anunció que tuvo que recortar la asistencia a casi la mitad de los 5,5 millones de sirios que apoyaba debido a restricciones presupuestarias. Posteriormente, en agosto, la agencia también redujo drásticamente la ayuda en efectivo a los refugiados sirios en Jordania. Para noviembre, PMA y la agencia de la ONU para los refugiados anunciaron que reducirían en un tercio el número de refugiados sirios en el Líbano que recibirían asistencia en efectivo el próximo año.

En su más reciente comunicado, el PMA advirtió que estos recortes llegan en un momento en que la inseguridad alimentaria en Siria es «peor que nunca» y millones de personas se verán afectadas.

Aunque el PMA pondrá fin a su principal programa de asistencia, seguirá implementando programas de ayuda más pequeños en Siria, como el programa de comidas escolares y proyectos de rehabilitación de sistemas de irrigación y panaderías.

La situación económica en Siria sigue siendo sombría, incluso en territorios controlados por el gobierno, en el enclave del noroeste bajo militantes vinculados a la red Al Qaeda y en el noreste bajo fuerzas lideradas por kurdos respaldadas por Estados Unidos. Según la ONU, el 90% de la población de Siria vive en la pobreza, la moneda nacional se devalúa considerablemente y el tráfico ilegal de drogas va en aumento.