Las carreteras en Francia se han convertido en un escenario de caos y desesperación, ya que cientos de kilómetros de autopistas han sido cerrados al tráfico debido a las protestas de los agricultores. Estos manifestantes, que han aumentado la presión al Gobierno, exigen soluciones inmediatas al problema de los precios que afecta a su sector.

Uno de los tramos más afectados por los bloqueos de los agricultores es la autopista que va de Lyon a la frontera española de La Junquera. La Prefectura de los Pirineos Orientales informó a través de sus redes sociales que la autopista A9, desde el peaje de Le Boulou, estaba cerrada en ambos sentidos en todo el departamento. Además, el acceso al mercado de frutas y verduras de Saint Charles, en las afueras de Perpiñán, también estaba bloqueado, al igual que la carretera de Andorra por el puerto de Puymorens.

Autopistas principales cerradas

En el extremo opuesto de los Pirineos, se encontraban bloqueadas la autopista A63 en Bayona y la A64 en dirección a Tarbes, según el organismo de información sobre el tráfico, Bison Futé. Este movimiento de protesta comenzó hace una semana en Carbonne, al sur de Toulouse, donde la A64 también permanece bloqueada.

En la región de París, los líderes locales del sindicato agrícola más importante, la FNSEA, han organizado bloqueos en cinco de las principales autopistas de acceso a la ciudad: la A1, la A6, la A10-A11, la A13 y la A15. Esto se ha llevado a cabo en previsión de la comparecencia del primer ministro, Gabriel Attal, quien tiene planeado anunciar un primer paquete de medidas en respuesta a las demandas de los agricultores.

Agricultores exigen medidas concretas

El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, y el ministro de Agricultura, Bruno Le Maire, han mostrado su apoyo al sector agrícola lanzando advertencias a la industria agroalimentaria y a los grupos de distribución con los que se están negociando los precios. Le Maire ha anunciado que se duplicarán los controles para asegurar que los precios pagados a los agricultores cumplan con la «ley Egalim», que garantiza que al menos se cubran los costos. También se han identificado varias infracciones que han dado lugar a advertencias, y se han enfatizado las consecuencias legales que podrían enfrentar las empresas infractoras.

Por su parte, Attal se compromete a ofrecer respuestas concretas a esta «crisis profunda». Sin embargo, los agricultores exigen resultados inmediatos y advierten que no detendrán sus protestas hasta que sus demandas sean atendidas. Mientras tanto, las carreteras en Francia se mantienen bloqueadas, generando grandes inconvenientes para los conductores y un símbolo de la creciente frustración en el sector agrícola.

Los agricultores claman por precios justos y una solución a la crisis que enfrentan. El Gobierno está bajo presión para encontrar una respuesta adecuada y poner fin a las manifestaciones que están paralizando el país.