El Gobierno de Turquía ha manifestado este lunes su profundo malestar y repudio por los actos de quema de ejemplares del Corán que se han registrado frente a las sedes diplomáticas turcas en Copenhague y La Haya, y ha llamado a consultas a los embajadores de Dinamarca y Países Bajos para hacerles llegar su protesta.

De acuerdo con fuentes diplomáticas citadas por la agencia oficial Anatolia, el Ministerio de Exteriores de Turquía ha considerado estos incidentes como “ataques abominables” que no tienen ninguna justificación y ha exigido a los países implicados que tomen medidas para evitar que se vuelvan a producir.

Estos actos se dieron en una serie de manifestaciones contra el islam que han tenido lugar en varios países europeos, como Suecia, donde el pasado 27 de enero  un iraquí reincidente quemó un Corán frente a la Embajada de Irán en Estocolmo, lo que generó la condena de Turquía y de otros países de mayoría musulmana.

Debido a uno de estos actos, el Gobierno de Países Bajos tuvo que cerrar de forma temporal su consulado en Estambul el 30 de enero de este año por temor a que la comunidad musulmana reaccionara con hostilidad hacia Occidente.

Turquía, que aspira a ingresar en la OTAN, ha mostrado su especial sensibilidad ante estos hechos, que considera una ofensa hacia su religión y su cultura. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha denunciado en varias ocasiones el incremento de la islamofobia y el racismo en Europa y ha defendido los derechos y la dignidad de los musulmanes.

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