Moscú.- El Kremlin se ha visto envuelto en un escándalo tras negarse a comentar las acusaciones de tortura a los cuatro sospechosos del atentado perpetrado el viernes a las afueras de Moscú, el cual ha dejado al menos 137 muertos y 182 heridos. Dmitri Peskov, portavoz de la Presidencia de Rusia, se limitó a responder «Dejaré esa pregunta sin comentarios» durante la rueda de prensa diaria.

Las imágenes desde el tribunal donde fueron llevados los acusados muestran a uno de ellos en camilla con un catéter, otro sin una oreja, y los dos restantes con el rostro hinchado y lleno de moretones. Blogueros militares rusos difundieron imágenes de la tortura a uno de los acusados, a quien mutilaron por un simpatizante del grupo ultranacionalista ruso Rusich.

Los presuntos terroristas enfrentan cargos de terrorismo. Además, las autoridades rusas han detenido a once personas vinculadas con el atentado, de las cuales cuatro participaron directamente en la matanza.

El ataque tuvo lugar en la sala de conciertos Crocus City Hall, ubicada a 20 kilómetros del centro de Moscú. El ataque se lo adjudicó el Estado Islámico. A pesar de la gravedad de los hechos, el Kremlin mantiene su postura de no comentar las acusaciones de tortura a los sospechosos, lo que ha generado críticas y preocupación en la comunidad internacional.

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