Una mujer de nombre Anja Lovén ayuda al rescate de niños abandonados por superstición en África, denominados «niños brujos».

El estigma de niños como brujos en África es un fenómeno reciente, que súbitamente estalló en los 1990. Hubo en ese momento casos documentados que incluían niños y bebés. A quienes se les perforó la cabeza con clavos, se forzó a beber cemento, fueron quemados con fuego y ácido, envenenados e incluso enterrados vivos.

«Hay en Nigeria miles de niños a los que acusan de ser brujos. Hemos visto niños torturados, niños muertos, niños aterrorizados. Estas imágenes muestran por qué lucho. Por qué vendí todo lo que tenía en Dinamarca. Por qué me muevo en territorio inexplorado». Fueron las palabras de la mujer que rescata a estos pequeños.

 

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Nadie quiere arriesgarse a llevar a los niños que han sido acusados de brujos a sus hogares, o a cualquier otro rescate. Únicamente esta mujer de nombre Anja Lovén.

Las marcas de estos niños de la imagen, en su piel, muestran el contorno de un machete con el cual los atacaron mientras estaba al rojo vivo. Fue precisamente un vecino quien usó el machete para forzarlos a «confesar».

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